domingo, 25 de enero de 2015

Memoria



"Algún día/Solo seré mis recuerdos/Se me caerán las alas/Me faltará el cuerpo./Algún día/Solo seré/Tiempo"


     Morir está escrito en nosotros igual que el color de ojos. La incógnita del cómo y cuándo es la que nos va demoliendo por dentro. Hay quien teme al dolor como si la tortura física, el boqueo agonizante del cuerpo fuera la peor manera de salir de este espacio-tiempo. Hay quien dice preferir el sufrimiento, quienes quieren la fecha mortal antes de que les duela un hueso.

     No debe haber, sin embargo, peor traición que sentir el dolor y haberlo a la vez en un cuerpo cuya mente hemos dado por perdida, precipitada y arcana, en agujeros negros de la memoria. Hay quienes, aún, firmarían el olvido, como si no acordarte de quien eres te hiciera otro, y ese otro quien muriera en lugar de nosotros.


CÓGEME EN BRAZOS

         Comenzó a subir las escaleras con ella en brazos. El roce de su cabello en el cuello le hacía cosquillas, y al ceder al instinto de encogerse, apretaba el abrazo. Podía sentir el peso liviano de su cabeza en el hombro, el tacto de sus dedos largos agarrándose a su jersey para no caer. El delicioso olor inconfundible que manaba de su cuerpo, y que habría de recodar para toda su vida, le reconfortaba, le decía con claridad que estaba a salvo.

     En el tercer escalón del segundo tramo, su delgadez se le hizo pesada en los antebrazos, y tropezó con la puntera de la bota izquierda. De inmediato, temió que cayera, y la cogió más fuerte, pero no pudo evitar que el talón derecho de sus pies descalzos topara en el filo de mármol. Ella ni se quejó del golpe, fingía estar dormida acogida en su pecho.

      Entonces, como si el tiempo no fuera más que un bucle en tirabuzón, al evocar el sonido seco del hueso en la piedra, recordó con la nitidez de un sueño cuando era ella quien lo llevaba a él en brazos, y tropezó levemente con el tercer escalón del segundo tramo, y ante su airada protesta por el golpe en el talón, ella le dijo: -Es que te estás poniendo tan mayor que pronto no podré llevarte en brazos a la cama -, y él le contestó:
 - Es que ya tengo 5 años.

12 comentarios:

  1. Bravo, genial. Un relato tierno que llega al corazón para buscar un rincón y quedarse ahí, para siempre. Me ha fascinado. Una vez más: SUBLIME.
    Gracias Mila por tan maravillosa Terapia.

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    1. Gracias, Marcos. Seguro que en ese rincón se está calentito. Es genial que la Terapia te parezca maravillosa.

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  2. Enternecedora y entrañable. Llega hasta el corazón y me ha hecho pararme a pensar........ mañana, podría ser yo?

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    1. Gracias Montse, tus palabras, siempre, tiernas y entrañables.

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  3. Dulce..dulce....dulce...
    Y este cambio de rumbo me enganchará hasta la próxima.
    Gracias Mila!

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    1. Gracias Ro, gracias por el enganche. Ojalá todo rumbo nos lleve a buenos puertos.

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  4. Ohhh! Que tierno, Mila! Este relato sin sangre me ha calado. Gracias por este regalo. ¿Será que está próximo el cumplir años y estas dejando tu dulzura escondida a la vista ?

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    1. Gracias Katia, el regalo es que llegue a corazones como el tuyo. La dulzura siempre está para los buenos ojos.

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  5. Ohhh! Que tierno, Mila! Este relato sin sangre me ha calado. Gracias por este regalo. ¿Será que está próximo el cumplir años y estas dejando tu dulzura escondida a la vista ?

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