domingo, 4 de octubre de 2015

Héroes



    Con el tiempo, despojamos al que nos falta de todo mal. Olvidamos sus rasgos humanos a nada que deja de serlo. Ya no fueron huraños, ni viles, ni ciegos. Hundimos sus desaciertos en la cortina densa del recuerdo.

     Entonces, devenimos en torpes y necios vivos, envidiosos tal vez de no ser nosotros los eternos.

     Quizá sea que aquí sólo vamos quedando los de peor calaña, los apestados, los menos. Tocados por el aura del mal , impregnados indefectiblemente con pátina humana de contemplar y rubricar miserias. 





     Todos los miembros del grupo se asomaban por turnos y con curiosidad al precipicio, mientras el guía les indicaba que fueran cuidadosos, que un despiste podría ser realmente peligroso: el suelo resbaladizo de las cuevas hacía la vista aún más temeraria, y la fina cuerda que separaba casi simbólicamente a los visitantes del oscuro vacío no suponía un gran obstáculo para frenar una tragedia. 

     Ramiro y su mujer esperaron pacientemente su turno, y él quiso que le hiciera aquella foto. Luisa calculó mal la distancia, o estaba demasiado entusiasmada haciéndole la foto a su marido como para darse cuenta de que a medida que le decía que no le salía entero, se desplazaba, de espaldas, un centímetro más hacia la cuerda.

     Visto así, bien podría haberse tratado de un desgraciado accidente.

     Nadie notó que, mientras con un mano sujetaba la cámara con el dedo en el disparador, con la otra se aferraba con fe al amuleto que llevaba colgado del cuello. Lo había comprado esa misma mañana en uno de los tenderetes de la isla, la mujer que se lo vendió le había asegurado que era mágico, que solo tenía que tocarlo y desear con todas sus fuerzas algo, y se le concedería.

     Sólo tuvo que pensarlo tres veces: "Empújalo, por dios, empújalo".

7 comentarios:

  1. Fantástica una vez más. El relato es una nueva genialidad. Un domingo con Terapia es mucho más llevadero. Gracias Mila.

    ResponderEliminar
  2. ¿La foto salió movida? Gracias, Mila, por escribir

    ResponderEliminar
  3. Marco inmejorable, llueve delante de mi ventana y tengo la terapia para desayunar... Gracias por estas maravillas con que nos tratas.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti por tratarme tan maravillosamente como para leerme para desayunar.

      Eliminar